Quiénes somos

La recuerdo intacta , eterna, imborrable.
Recorro el mismo camino viejo de sus memorias que ya hice mías y que serán también de los nietos de mis hijos. La Huerta de mi infancia es la misma que el huerto de mi padre en la rebotica de Benisa , e igual que el romántico jardín de sus abuelitos de la fábrica , es también el árido cortijo de mis abuelos de Alhabia, o la fresca bodega bajo el sauce de los veranos de Burgos con su huertecito con orrio de la calle Pozanos. Siempre es el mismo pedazo de tierra vieja con mezclados recuerdos mojados de rocío y escarcha de la mañana, y el olor de tierras húmedas, de bancales anegados, poblados de sedientos naranjos.
Sin esfuerzo, rompe el silencio plomizo de tantos veranos secos de cigarra y siesta perezosa, el repicar de campanas de la ermita de Sanz y sus fiestas de San Antoni. También sueño la misma noche de juegos de niño noctámbulo e inocente , luego enamorado y curioso , y las escapadas al Anouer buscando el olor a incienso entre acordes de Carmina Burana. Sí , recuerdo las noches estrelladas y los baños nocturnos vestida la piel sólo con destellos de luna ,perfumados de denso olor a jazmín que luego se pudría en los lavabos.
Veranos de infancia con helado de turrón en el Espill y el impacto del fuerte azul y más fuerte olor a mar de verdad al asomar el Albir desde las huertas que dan al Náutico de Altea
Y de vuelta, al punto de caer la noche sobre la frondosa ladera de la Serra Gelada, se escondía roja la llama por la grieta del Puig Campana y el potente ocaso tornaba de rojo y rosado el poniente. Cuando la tristeza del día que acaba casi te paraliza , lentamente me despertaba el fragor lejano de fuegos de la Olla, y atravesando tenaz el tupido palmeral que apenas nos protegía ,volvía siempre , el murmullo amenazante de la cercana ciudad de Benidorm.
Aburridos hoy de vivir con prisa el trabajo de otro lunes repetido, de siempre llegar a casa mal y tarde , fundidos. Hartos de que nos vendan encapsulado ocio barato que sólo otros disfrutan sumando me gustas. Cansados de pelear los abarrotados bares y de chocar con zombies adictos a un móvil . Ahora ahogados enmudecen todos bajo ruido de motores y con la mirada perdida derivan en olvidables paisajes, reflejo de mil escaparates.
Hoy, mi mujer y mis hijos, hemos vuelto otra vez por el camino viejo del Albir al viejo huerto . Hemos vuelto a plantar los tomates y sembrar los pimientos. A podar las bouganvillas, y a recortar los setos. A preparar los rosales y a sembrar de teocrium los senderos .
Hemos vuelto a perfumar de jazmín los jardines y emborrachar de azar de naranjos los huertos.
Y hemos vuelto a compartir almuerzos con los amigos , y abrir las puertas del huerto, para volver a llenar de risas la finca y de estrellas y noches los besos.
A celebrar mágicos eventos o compartir cálidas fiestas de pueblo.
Bienvenido seas amigos del Camino Viejo , que sea también para tí el huerto de mis recuerdos.
A Laura, a mi padres y a mis hijos. En una noche feliz.